Tres poemas de Antonio Orihuela
Y tienes puesta tú
mano sobre mí
Domingo, atardece en la
terraza,
por más que extiendo los brazos
todo lo que alcanzo es amor.
Desafecto
Durante un tiempo fui el hombre
de los dos besos,
pero la gente no sabía dónde ponerlos
ni qué hacer con ellos, así que
cambié de oficio.
En este mundo, me equivoqué de
regalos.
Anticapitalista
Qué generosidad,
qué sabia anticipación
la del plantador de árboles.
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