Dos poemas de Charles Bukowski
Conocí a un genio
conocí a un genio en el tren
como de seis años de edad;
se sentó a mi lado y,
mientras el tren
corría por la costa,
llegamos al océano.
el niño me miró y me dijo:
el mar no es nada bonito.
fue la primera vez
que me di cuenta
de ello.
Para los merced-maniacos
está justificado
todo morir está justificado
todo asesinato
toda muerte
toda muerte
todo lo que fenece,
nada es en vano
nada es en vano
ni siquiera
el cuello de la mosca,
y una flor
pasa entre el ejército y,
como un niño pequeño
que presume,
eleva su color.
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