POEMAS DE MURIEL RUKEYSER


Muriel Rukeyser (Nueva York, 1913 - Nueva York, 1980) Poeta, documentalista, biógrafa, traductora y activista política, en sus textos aborda temas como la igualdad, el feminismo, la justicia social y el judaísmo.
Tal como indica Daniela Camozzi «para Rukeyser, el mundo (la vida, la poesía) es dinámico, relacional, indiviso. Está compuesto por lo objetivo y lo subjetivo, lo verificable y lo onírico, dimensiones en pie de igualdad. Mitos y recuerdos tienen tanta importancia como los discursos científicos y jurídicos y su pretendido efecto de verdad. No se trata para ella de unir lo que está desarticulado, sino, más bien, de reconocer que no hay tal brecha, que la función del poeta es “impedir que lo que está unido se separe”.»
Algunas de sus obras más destacadas son Theory of Flight (1935), U.S. 1 (1938), Beast in view (1944), The green wave (1948) y The speed o f darkness (1968)



* Todas las traducciones  pertenecen a Daniela Camozzi, prologuista y traductora de la antología de Muriel Rukeyser Donde sea que vaya y otros poemas (Viajero Insomne Editora, 2015)
Agradezco profundamente a Daniela la amabilidad que ha tenido conmigo. Y, sobre todo, el rescate, para el lector hispanohablante, de una autora imprescindible.




CANCIÓN PARA LOS NIÑOS MUERTOS

Ponemos grandes coronas resplandecientes en las tumbas
de los apasionados, que nos exigen ofrendas ardientes,
flores de verano: aquí las traemos, para sus frágiles corazones,
recordando cuán finas eran sus muñecas, sus delicados huesos,
sin fuerza aún para ninguna contienda.

Llegan agudos desde el campo los gritos de los niños fantasma,
las pequeñas niñas siguen con su gracia y su maravilla.
La luz de la tarde tiembla, evoca a los jóvenes herederos,
los años en que debieron crecer hundidos en la tierra,
su fortaleza nunca puesta a prueba, su gloria sin alabanza.

Haremos trenzas de pasto para su infancia, que nunca tendrá
amor ni catástrofe, que nada sabrá de la decadencia
ni de los dilemas de la madurez.
En silencio, en su mortaja de silencio, mientras nosotros pasamos
desafiando estridentes a la muerte, ellos yacen indefensos.

De Theory of flight




LA ENFERMEDAD

Es una enfermedad pulmonar. La causa el polvo de silicato.
El polvo causa el crecimiento de

Aquí está la radiografía que le sacaron en abril.
Mire acá: estas son las costillas;
esta es la zona del esternón;
acá está el corazón (esa enorme sombra blanca llena de sangre).
Este, por supuesto, es el tubo digestivo, el esófago.
La tráquea. Los espacios entre los pulmones.

¿Entre las costillas?

Entre las costillas. Esas son las clavículas.
Mire ahí, en ese pulmón, ya empiezan, las manchas.
Es como si un temporal de nieve hubiese arrasado con sus pulmones.
Y también ahí, de este lado, y de ese lado, arriba, y abajo.
Este sujeto está en la primera etapa.

Veamos el segundo.

Acérquese de nuevo a la ventana. Acá está el corazón.
Más nódulos, muchos, más grandes, ¿los ve?, en los lóbulos superiores.
Aquí se ve cómo aumentan: acá, las estrías de tejido fibroso…

¿Qué quieren decir?

Muestran el avance después de diez meses.
Y aquí, este año: la falta de aliento, las largas cicatrices
incluso sobre las costillas, gruesas, de ambos lados.
Los vasos sanguíneos se cierran. Es el conglomerado típico.
¿En qué estadio?

El tercero. Fíjese donde apoyo la punta del lápiz:
Aquí y aquí, ahí, allí y allí.

“Cada día es peor. A la noche me levanto
y trato de recuperar el aliento. Si me quedo
acostado boca arriba siento que me muero.”

¿Poco a poco se asfixian los alvéolos del pulmón?
Quiero expresarlo de la mejor manera posible.
Eso es lo que pasa, ¿no?
¿Se van asfixiando uno por uno?
Sí.
Se dificulta la respiración. Sí.
¿Y hay dolor al toser? Sí

¿La silicosis es una enfermedad mortal?
Sí, señor.

De U.S. 1 (The book of the dead)




EL BLUES DE GEORGE ROBINSON

Gauley Bridge es un buen pueblo para nosotros, nos dejan
quedarnos por ahí, nos dejan charlar
en la vereda, aunque seamos negros o mulatos.
Vanetta queda cruzando el puente, este es nuestro pueblo.

Cuesta respirar a esta altura, se respira despacio
después de haber remado en el río,
las tumbas están arriba, el viento de la primavera
es frío, las tumbas están allá arriba, y el pueblo abajo.

¿Alguna vez enterraste los cuerpos de treinta y cinco hombres
en el fondo de tu casa, los cuerpos de treinta y cinco mineros
que ningún médico quiso atender, que murieron en sus obradores, sepultados bajo
rocas, en todos lados, en un mundo interminable?

Cuando un hombre decía sentirse mal, sentirse débil,
y ya no podía seguir trabajando,
el capataz y la empresa lo echaban sin dudar.

YO los saqué
de sus obradores junto a las minas
y los llevé al cementerio, allá arriba
había latas, latas por todos lados.

TUNELITIS
Permanecieron
junto al árbol:
ahora mismo puedo ir
a ese cementerio.

Cuando estalló la explosión, el capataz nos gritó salgan de ahí
cuando la pesada explosión se hizo blanca, nos dijo, salgamos de acá,
apúrense, vamos, vamos, hacia aquel derrumbe de barro y de piedras.

El agua que nos daban traía el polvo, el agua que bebíamos,
los obradores y el monte estaban teñidos del polvo,
 aunque nos sacudíamos la ropa en el monte,
ese polvo se nos quedó pegado para siempre.

Era como si hubieran tirado harina sobre los árboles, sobre el monte,
se adhería y la lluvia no podía lavarla, relucía: era tan hermoso
ese polvo blanco que nos tapaba los pies.

Cuando salí a la mañana, después de aquella noche en el túnel,
junto a un hombre blanco, nadie hubiese podido distinguir quién era quién:
estábamos los dos cubiertos por ese polvo, por ese polvo blanco.

De U.S. 1 (The book of the dead)



CANTO

Tanta pérdida en este mundo; traé, viento, mi amor,
mi casa está en el lugar de nuestro encuentro,
y el amor en todo lo que toque y lea
dentro de ese rostro.

Levantá, viento, este exilio de mis ojos;
paz para mirar, vida para escuchar y confesar,
libertad para encontrar, para encontrar
esa desnudez.

De Beast in view




BLUES DEL SUICIDIO

¡Quiero hablar con mi voz!
¡Quiero hablar con mi verdadera voz!

Esta calle te lleva al viento blanco
todavía no estoy lista para ir ahí.
No con mi verdadera voz.

El río. ¿Sabés dónde nace el río?
El río nace de un hombre alto,
de su verdadera voz.

¿Sabés hacia dónde va el río?
El río va hacia una mujer que canta,
con su verdadera voz.

¿Sos capaz de imaginar la verdad?
La conspiración del mal trajo un mundo de muerte,
con su falsa voz.

El mundo de la muerte me asesinó donde resplandecen las flores,
frente a los niños más pequeños,
lanzó mi cuerpo en llamas por la ventana,
todos mis enemigos llamaron a mis amigos,
pero mis piernas corrieron alrededor del edificio
bailando el blues del suicidio.

Me arrojaron al mar
la luz del sol me bañó toda la cara;
el agua era azul el agua era marrón, era oscura,
mi cabeza decapitada flotó alrededor del barco
tres veces lo rodeó, sin hundirse nunca.
Demasiada vida, mi amor, hay aquí, estas venas son fuertes,
cada sentido habla con mi verdadera voz,
demasiadas flores, y este sol que sabe demasiado,
demasiada vida para asesinar.

De Beast in view




“DEMASIADO TIEMPO, DEMASIADO TIEMPO”

“Demasiado tiempo, demasiado tiempo”,
escuché que decía una mujer.
Yo soy esa mujer atrapada
demasiado tiempo en la telaraña.
Demasiado tiempo bajo el dominio
de sus ojos ensombrecidos
aturdida en la luz plateada
y gris de sus fantasías.

Tanto tiempo tirada acá
del primer al último día de la sombra
cubierta por la sutil ley
del Hombre Flotante.
Un hombre joven y una mujer vieja y joven
se arrojan al río que cruza
y surgen, hijos de otra tierra;
aquella orilla, aquel verde.

Pero es demasiado, demasiado
demasiado largo el viaje a través del hielo
y demasiado secretos son los caminos
hacia mi pequeña guarida.
Hay que abandonar la telaraña del pudor
para entrar en la vida, dijo la mujer; y yo,
que dormía, empecé a despertar
y a decir mi propio nombre.

De Body of waking




ENTRAR EN ESE RITMO DONDE EL YO SE PIERDE

Entrar en ese ritmo donde el yo se pierde,
donde la respiración : el pulso : y la sutil música
de su vínculo crean nuestra danza, y nos arrojan
al momento en que aparece la magia
de todas las cosas, su nueva posibilidad.
Ese momento ciego, la medianoche, cuando comienza
toda visión, y la danza es nuestro único aliento,
y nosotros mismos el momento de la vida y de la muerte.
Ahora estamos ciegos; pero recibimos otra salvación,
el yo como visión, siempre percibiendo,
todas las artes todos los sentidos son lenguajes,
nacen del deseo, se transforman en verdad:
en nombre de la vida entregamos el momento y las imágenes,
escribimos el poema;               hacemos el amor;        damos a nacer.

De Waterlily fire




EN NUESTRA ÉPOCA

Dicen que podemos hablar de cualquier cosa.
Que no hay ningún castigo para los poetas,
que no hay ningún castigo por escribir poemas.
Así dicen.          Ese es el castigo.

De Speed of darkness




POEMA

Viví en el primer siglo de las guerras mundiales.
Casi todas las mañanas me volvía un poco loca,
los diarios llegaban con sus relatos despiadados,
las noticias brotaban de distintos dispositivos
interrumpidas por intentos de ventas a los invisibles.
Llamaba a mis amigos por otros dispositivos;
ellos enloquecían también, por las mismas causas.
Pude al fin tomar lápiz y papel, escribir mis poemas
para otros invisibles, otros aún por nacer.
Durante el día pensaba en esos hombres y mujeres
valientes, en lugares remotos, queriendo vivir
sin etiquetas, con valores casi inimaginables.
Cuando la luz se apagaba y se encendía la noche,
tratábamos de imaginarlos, de encontrarnos unos a otros
para crear la paz, hacer el amor, reconciliar
la vigilia con el sueño, reconciliarnos entre nosotros,
con nosotros mismos. Tratábamos por todos los medios
de alcanzar el límite de nuestro ser, traspasarlo,
soltar los medios, despertar.

Yo viví en el primer siglo de todas esas guerras.

De Speed of darkness




ARTEFACTO

Cuando esta mano ya esté en la tierra,
y esta mano que escribe y el papel en que escribe
ya no estén, y las palabras en este papel se hayan olvidado,
cuando el aliento que gira lentamente alrededor de la tierra
con las antiguas palabras de su lengua
vaya a las vidas por nacer, cuando ellas también estén
en la tierra, y su recuerdo, cuando el recuerdo de todo aquello
esté también olvidado, y todos los que tenían ese recuerdo
hayan sido absorbidos en el aire y en el polvo,
las palabras, la tierra, la brisa sobre los océanos, cuando todo eso
sea otra cosa, quizás algo de lo que antes hubo quede,
algún artefacto. Esta lapicera. ¿Hablará de mí? ¿Hablará de nosotros?
Este objeto de metal brillante fabricado por miles de personas
que no conozco, ¿llegará con ese deseo inefable de decir una música,
ofrecerá algo de todo lo que me acompañó en mi viaje?
¿Cantará para otros que no conozco
lo que pasó hace tanto ya, lo que se cantó en otra época?
                                                                                              Esta lapicera:
–¿habrá mujeres, o arriesgados varones (o futuras mutaciones,
que hoy no tienen nombre), que intenten reunir sus piezas rotas?–
¿Podrán engarzarse estas partes gastadas? ¿Brillar de nuevo? ¿Hablarte entonces?

De The gates

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