POEMAS DE ROBERTO RUIZ ANTUNEZ



Roberto R. Antúnez (Valladolid, 1976). Desde siempre las palabras y la escritura han sido algo importante en su vida. Tiene miedo y por eso escribe y no tiene ni ida de hace donde lo lleva la literatura.
A finales de los noventa fundó junto a un amigo, la revista cultural Disidencias. En 2006 ganó el VII Certamen Poético Premio de Poesía Joven “Ateneo de Valladolid”. En 2011 edita junto a Benigno Bollo, en la ciudad, una reflexión poético-fotográfica sobre el espacio urbano contemporáneo. En 2013 publica el libro de poesía La habitación trashumante (Éride Ediciones). En 2014 presenta en la Galeria Gko de Tolosa (Guipúzcoa), junto a la fotógrafa guipuzcoana Eli Garmendia, un proyecto estético a largo plazo que visitará otras ciudades, llamado El bosque dormido. En 2016 publica Ovnis en la noche americana (La Penúltima Editorial), un experimento poético sobre el encuentro real entre William Burroughs y Kurt Cobain. Forma parte del colectivo poético Susurros a pleno pulmón. Actualmente, anda metido en un proyecto de escritura que se hace infinito con el paso de los días.




Barcelona

decido abrir los detectives salvajes
por ese pasaje
donde a la orilla del mar dos desconocidos luchan a muerte...
tallan la melancolía ínfima del otro   
con sus espadas samuráis
me agarro con las dos manos a esa fría incandescencia
y desciendo en espiral
hacia el invierno y esa maldita nieve que no termina de cuajar (...)
veo in situ a Miquel Bauçá
dejando en el apartado de correos con el que se comunicaba con su editor
telegramas en los que pide socorro:
no me dejéis solo con las palomas
no me dejéis solo con las palabras 
a esa hora
en que los perros de la ciudad
copulan con la sombra de sí mismos          




*

Siberia. Hace tres días que la vi desde un avión. Algo se rompió dentro de mi. Desde entonces la luz resbala distinta por la retina hacia el precipicio. La pureza intrínseca que toda ruptura destila. En cierta manera era comprender esa predisposición rusa por la tragedia. Mayakovski suplicando por un trago de agua cristalina bajo kilómetros y kilómetros de hielo, ayunando ascético bajo el amanecer. Saberse perdedor de antemano y aún así escribir mil páginas de un tratado sobre grietas y hendiduras. La radicalidad de la herida y "los pinchos de las estrellas”. Y yo buscaba en ese paisaje con todas mis fuerzas el trance que nos explicara, quería encontrar ese río siberiano que brota de la nada y viaja hacia la totalidad. El frío sustenta su prestigio en una economía de gestos y caricias que acaban irremediables en el desabastecimiento. Así miraba Siberia; doliéndome los ojos y la luz. Dos legitimidades contrapuestas: la que somete libre de pecado y la que respira libertaria.       
Allí abajo la nieve era una apología silenciosa de algo que soy incapaz de explicar.




*

fuera de la zona de confort no hay teorías ni triángulos isósceles
ni siquiera instrucciones en cuatro idiomas de cómo hacer el amor con trajes de        nylon una noche de luna llena
fuera de la zona de confort se respira se sueña y se fornica
como en un mural de Diego Rivera
danzando alrededor del fuego y la demencia de las flores
no hay un coche alemán ni una casa acristalada en el skyline
fuera de la zona de confort no hay seguridad jurídica     
en los besos que transmiten la malaria
fuera de la zona de confort una película situacionista
es proyectada en una pared en blanco
donde sólo se oye constantemente
“nosotros organizaremos la detonación”
fuera de la zona de confort
Demóstenes medita en el centro mismo de las cosas
cuando termina
se saca una a una las piedras de la boca  
y se caga en la metafísica con todas sus fuerzas…
fuera de la zona de confort
los días tienen perros que no conocen el hambre          
fuera de la zona de confort                      
unos desconocidos
interrumpen el sermón dominical
y proclaman
la soberanía hermosa y redonda
del otro lado de los espejos…




*

Si transiges con la poesía
estás bien jodido /
tarde o temprano
llegará el momento de la ley de tierra quemada/
del saqueo y de las llamas/
el napalm que emana por debajo de la puerta del cuarto
donde se colgó
el último dadaísta
se te pegará a la escritura
y ya no habrá manera de sacárselo nunca de encima /
llegará el día en que escribas desnudo en la oscuridad/
con las persianas bajadas/
guardarás pelos de su pubis entre las páginas de Rayuela/
apenas cruzarás cuatro palabras con tu vecino
o con la chica de la farmacia de debajo de tu casa/
horadarás el silencio a través de un túnel
donde los niños destruyen los sueños húmedos de un pederasta /  
sentirás en tu nuca
la respiración intermitente
de las cosas/
abrirás sus piernas
(nunca de golpe)
primera una y luego la otra/ 
y te meterás dentro de ese “hoyo inmaculado” que es la poesía
y te sentarás a esperar paciente
el paso de un invierno tras otro/
tal vez alguien más se arrepienta
y venga
para tratar de comprender
cómo se vacía el útero dormido de las palabras/
y ya…no habrá nada que contar…
apenas vestigios/
huellas mal conservadas/
tristes esqueletos de poetas…




*

filmar el síndrome de abstinencia
o la desintegración del átomo
Iván Zulueta
así se llamaba
había
una
manera
misteriosa
de pegar fotogramas
y entonces el presente
aborrecía las lechuzas
que soñaban los bosques pluscuamperfectos
lo inconexo
se sirve de lobos
ahuyentando
nubes
o las piedras sudan interludios
y ese tipo despeinado
mira a cámara
y dice que tiene miedo
lo inconexo de amar
sin que una vespa y las naranjas 
sirvan para cuando estás muerto
el tipo despeinado
lleva
48 horas sin probar ninguna sustancia
y pela la piel de su insomnio
con ternura
la inhalación del tabaco inglés
el brillo de las catedrales
coroneles que se disfrazan de manantiales           
y lo inconexo
es estética
descosiéndose 
del sofá del espectador
que absorto
ve como la mugre
                             se deshace en poesía...    




*

a Pedro Casariego
los poemas
le estallaban
dentro de los bolsillos
globos de agua
que decidían por sí mismos
lo que estaba bien y lo que estaba mal
y se transformaban
en un río turbio
para no dejar tan solo al dolor
ese hombre delgado
era Pedro
y se encadenaba
a la poesía
los domingos
hacia huelgas de hambre
en la jaula
de su pájaro
proclamaba
la palabra jamás dicha por dios 
desde lo alto
de un almendro enfermo
y estaba en todas partes
a la vez
subido
en su bicicleta estática
dijeron
que
ese no era el camino
dijeron
que la locura
era azul
o tal vez
el peso insustancial de las moscas         
dijeron
raro
antropomórfico
y con dioptrías
le gustaban las calles recién regadas 
pero raro
al fin y al cabo
y él
dijo
vuela libre
pájaro
que vengo a ocupar
tu jaula y tu hambre...  
que otro río
nos lleve
veloces a la destrucción...    


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