Dos poemas de Felipe Zapico
[ Sin título]
Susurra el saxo
y la tiza numera al detenido
cuando sus labios,
huídos de la boca,
persiguen –impotentes-,
aleteos que destellan.
y un clamor
grosero
anuncia
la continuidad
el vacio constante
el ansia inconmensurable
y permanente.
[ Sin título]
Un pez en tu lengua
y un rastro de moras en tus labios
la tarde cae atónita
ante el avasallamiento de los reflectores
el martillo golpea la ventana
y un rastro de moras en tus labios
la tarde cae atónita
ante el avasallamiento de los reflectores
el martillo golpea la ventana
y ésta se queja agudamente.
No escucharán tus gritos esta noche
porque mi pasión ha derivado a las certezas.
No escucharán tus gritos esta noche
porque mi pasión ha derivado a las certezas.
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