Dos poemas de Marge Piercy
Canción postrada
Húmedo,
húmedo, en la humedad metido,
creo
que eres cerveza, leche y semen.
Eres
remolino de agua, un dios del río
con
cabeza afelpada. De tu nariz
brota
la sangre, y de tu boca el vino.
Eres
humectante que cura catarros y
resfríos.
Emites un vapor perenne,
exhalación,
riachuelo de orina, lágrimas
tibias.
Tienes una erección en frío y,
escurridizo,
te pierdes debajo de la
lama.
De pronto caes, fogoso, ganas tú,
barullero,
y en todas las habitaciones
tocas
puertas. Mientras yo, cual medusa
vibrante,
como un salmón que encalla.
sobre
tu suavidad resbalo y quedo
plena.
Trato de llamar tu
atención
sin ser muy obvia
Yo:
Acomodo mi cuerpo
frente
a ti como un platón
lleno
de manzanas o como
un
racimo de uvas.
Yo:
Dondequiera que esté
estoy
adentro esperando.
Soy
la fiera oquedad.
Soy
el deseo de lo que
adentro
de mí crece.
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